Era una mañana gris como tantas otras, uno de esos días donde uno acostumbra a quedarse en la cama hasta largas horas pensando que nada productivo puede salir. Sin embargo, ella se levantó pensando que podía llegar a ser un día sumamente positivo, hasta que recordó aquello que había soñado reiteradas veces en una misma noche, y comprendió que, luego de eso, solo esperaba un día igual al anterior.
En su mente comenzó a rondar la idea de los fantasmas del pasado, esos que tanto la aterraban y le quitaban el sueño noche tras noche como si fuesen algo que jamás iba a poder superar. Su interior no dejaba de preguntarse cómo habían llegado a formarse dichos fantasmas, cuáles habían sido las causales, pero por sobre todas las cosas, comenzó un cuestionamento casi obsesivo acerca de por qué dichos fantasmas eran todos masculinos.
Hombres del pasado que de algún modo y por circunstancias extrañas (o no tan así tal vez) seguían formando parte de su presente, un ahora que la angustiaba de manera extrema, por no poder resolver los nudos que la tenían atada a esos fantasmas. ¿Cómo podía convivir con el fantasma de alguien que ha desaparecido hace ya casi dos años, y sin embargo su ausencia tan presente la desvela aún por las noches?Un fantasma de caracter ambiguo, hoy ausente pero con una fuerte presencia, y a lo largo de 21 años un fantasma presente con una sobredosis de ausencia. Al fín de cuentas ha comprendido que no se ha de estar muerto para ser un fantasma, sino que en situaciones mucho mas complejas y hasta dolorosas un ser plenamente vivo puede ser un fantasma. Y él lo era y lo seguirá siendo, tal vez hasta el momento de su muerte donde se podrá decir que solo será un cadaver.
Ella en su momento de catarsis interna buscaba entender que, a lo mejor, de esta problemática vida con su primer hombre se desemboquen las malas experiencias anteriores, dado que al no obtener todo lo que creía necesario del progenitor, busca a lo largo del camino que le toca transitar, esas carencias en otros seres masculinos.
Y es ahí donde ese recorrido al que cotidianamente se le denomina vida se le torna casi imposible de caminar, porque a medida que deja sus propias huellas imborrables se arrepiente del sendero elegido y ya es tarde para volver atrás. Sin embargo, su fortaleza hace que vuelva a levantarse y arriesgarse una vez mas, elegir nuevamente un camino diferente con la ilusión de llegar a buen puerto esta vez, de ser feliz, de entender que aquello de lo que carece nadie lo puede reemplazar, pero cree entender que puede encontrar experiencias realmente maravillosas, una relación más sana, incluso más sincera, pero se da cuenta que una vez mas vuelve a fracasar y su mayor miedo es no poder encontrar la felicidad que tanto anhela.
Todo el cúmulo de pensamientos sobre sus fantasmas se tornaron un remolino de ideas, sentimientos, angustias en su cabeza y en su corazón y entendió que para aceptarlo y poder convivir con ellos primero hay que seguir trabajándolos, pero este día no era el día adecuado, por lo que volvió a su cama, cerró sus ojos y nuevamente verá sus fantasmas en los sueños del tormento.
Hace 10 años
2 Comments:
Me encanta. Te lo dije hoy, es lo que mas me gusta de lo que escribiste. Todos tenemos nuestros fantasmas, pero de a poco la vida nos va exorcisando. Te quiero mucho!!!
yo te quiero mucho mas Gui!! =)
Post a Comment